Ictus
Hace unos días, el 29 de octubre, pudimos ver tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales que fue el día mundial del ictus. Ese día se recuerda a las más de 13,7 millones de personas que sufren un ictus cada año a nivel mundial. Según la Dra. María Alonso de Leciñana, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, el ictus también es la segunda causa de muerte en todo el mundo, siendo el causante de más de 5,5 millones de fallecimientos cada año. Y, tampoco hay que olvidarse de los más de 80 millones de personas en todo el mundo que sufren de algún tipo de secuela, después de haber padecido un ictus. Muy poca gente sabe que el ictus es la principal causa de discapacidad en el adulto y la segunda causa de demencia.
Estos números sirven para darnos una idea de la magnitud de los problemas relacionados a esta enfermedad. Pero, ¿qué es un ictus? Muchos hemos oído hablar de esta enfermedad a conocidos o en los medios de comunicación, pero no sabemos en qué consiste. Para empezar, es importante mencionar que hay distintos tipos de ictus.
Tipos de ictus
Lo primero es saber qué es exactamente un ictus y qué signos de alarma nos da esta enfermedad. La palabra “ictus” viene del latín y significa “golpe” o “ataque”. Y esas palabras son la mejor forma de explicar la forma repentina en la que esta enfermedad se produce. Normalmente un ictus sucede por la interrupción del flujo sanguíneo a una zona del cerebro. Dependiendo de qué zona se vea afectada por dicha interrupción, se pueden perder las capacidades asociadas a dicha zona. Existen principalmente dos tipos de ictus:
Ictus isquémico: en este tipo de ictus, uno o varios de los vasos sanguíneos cerebrales se rompe, anegando con su sangre el tejido cerebral y, por lo tanto, provocando su asfixia.
Ictus hemorrágico: en este caso, una de las arterias cerebrales se obstruye lo que resulta en la interrupción del flujo sanguíneo a una parte del cerebro. Esta interrupción es la causante de que no lleguen a esa zona del cerebro ni el oxígeno ni los nutrientes necesarios, por lo que muere.
Algunos de los principales síntomas de un ictus son:
- pérdida de la visión
- decaimiento
- dificultad al hablar
- dolor de cabeza continuo
- inestabilidad
Rehabilitación después de un ictus
Teniendo en cuenta todo esto, la rehabilitación después de un ictus es de vital importancia. El objetivo en este caso será recuperar la funcionalidad perdida por el paciente como consecuencia del ictus. Para esto se aprovechará la neuroplasticidad que tendrá lugar una vez el paciente se haya estabilizado clínicamente para reorganizar las estructuras corticales del paciente.
Además, todas lo que no se pueda recuperar durante la rehabilitación, se intentará equilibrar con un entrenamiento en habilidades de compensación con el fin de hacer al paciente lo más autónomo posible. Es por eso que es muy importante que esta rehabilitación sea multidisciplinar. Es decir, que involucre a profesionales de distintas áreas trabajando de forma coordinada para conseguir los mismos objetivos. Las personas que han sufrido un ictus verán como las secuelas que padecen pueden ser físicas (que afectan a su capacidad de moverse o de controlar su cuerpo), cognitivas (que afectan a su capacidad de prestar atención, memorizar o razonar) o de comunicación (afectando la capacidad de comunicarse). Un tratamiento de rehabilitación multidisciplinar normalmente contará con un profesional especializado en cada una de esas áreas. Hay mucha evidencia clínica que indica que la rehabilitación multidisciplinar es la más efectiva.
Ejercicios de rehabilitación cognitiva - ictus
También es importante tener en cuenta los factores que pueden favorecer la rehabilitación después de un ictus y que, por lo tanto, influirán en el grado de recuperación que se puede alcanzar. Hay bastante evidencia clínica que demuestra que cuanto antes se empiece el proceso de rehabilitación, mayor será la recuperación funcional que pueda alcanzar el paciente.
Por otro lado, la intensidad del tratamiento recibido también es muy importante a la hora de conseguir una mejor recuperación después de un ictus. Al hablar de “intensidad” nos referimos a cuántas veces por semana se participa en sesiones de rehabilitación y la duración de las mismas. En una fase temprana del proceso de rehabilitación, como la que tiene lugar después de un ictus, una mayor intensidad del tratamiento también se traducirá en una mayor recuperación funcional para el paciente. Sin embargo, también es importante no “hacer demasiado” porque puede tener el efecto contrario al buscado. El equipo de rehabilitación multidisciplinar tendrá todos estos factores en cuenta al diseñar el plan de tratamiento del paciente.
Es por esto que los ejercicios de rehabilitación física y cognitiva de Rehametrics fueron diseñados para facilitar que los profesionales de la rehabilitación trabajen de forma multidisciplinar.
Estimulación cognitiva ictus Valencia
En el párrafo anterior vimos que un tratamiento “intensivo” ayuda a conseguir una mayor recuperación funcional después de un ictus. Sin embargo, para poner números a dicha intensidad, lo que debemos hacer es asegurarnos que el tratamiento de rehabilitación recibido consista en, por lo menos, tres horas de rehabilitación diarias. Pero, sobre todo, para asegurar una mayor recuperación es importante que, además de esas horas de rehabilitación diarias también se incluya la estimulación cognitiva. La estimulación cognitiva después de un ictus permite al profesional de la rehabilitación enfocarse en la recuperación de las distintas funciones cognitivas del paciente.
Muchas veces una recuperación incompleta de las funciones cognitivas puede afectar directamente a las funciones motoras y, por lo tanto, a la autonomía del paciente. Aunque no solemos pensar que la estimulación cognitiva tenga influencia sobre nuestras capacidades motoras, la realidad es que sí la tiene. Si la capacidad de focalizarse en un objeto o tarea se ha visto afectada por un ictus, por más que recuperemos la funcionalidad del brazo nos va a costar más utilizarlo para comer o vestirnos. La estimulación cognitiva es una parte necesaria de la rehabilitación que nos permite conseguir una recuperación más completa.