Kinesiofobia, actividades para reducir el miedo al movimiento

¿Qué es la Kinesiofobia?

En este artículo, podrás descubrir qué es la Kinesiofobia y conocer actividades para reducir ese miedo al movimiento.

La «kinesiofobia» es un término que se utiliza para describir el miedo o la aversión excesiva al movimiento físico o al ejercicio. Las personas que experimentan kinesiofobia suelen evitar cualquier forma de actividad física o movimiento debido a un temor irracional a que el movimiento cause daño o lesiones. Esta condición puede ser resultado de una experiencia traumática previa, lesiones anteriores, dolor crónico o simplemente una percepción distorsionada de los riesgos asociados con el movimiento.

Kinesiofobia en Rehabilitación

El concepto de kinesiofobia en rehabilitación, se refiere al miedo o la evitación excesiva del movimiento o la actividad física debido al temor de aumentar el dolor. Puede ser un desafío importante en la rehabilitación de lesiones musculoesqueléticas o neurológicas, ya que puede dificultar la participación en programas de ejercicio y terapia física necesarios para la recuperación.

La kinesiofobia puede tener un impacto negativo en la salud general y el bienestar de una persona, ya que la falta de actividad física puede conducir a la debilidad muscular, la rigidez articular, la pérdida de condición física y otros problemas de salud. Además, puede contribuir a un ciclo de dolor crónico, ya que la inactividad puede empeorar los síntomas en algunos casos.

Test de valoración Kinesiofobia

Existen escalas para valorar la Kinesiofobia, como el Tampa Scale of Kinesiophobia (TSK), utilizado en diferentes estudios clínicos. Este test para la valoración de la Kinesiofobia, consiste en un cuestionario sencillo en el que el paciente tiene que puntuar de 1 a 4 preguntas encaminadas a evaluar su percepción del dolor y del riesgo.

Algunas de las afirmaciones que se plantean en el Tampa Scale of Kinesiophobia, son:

«Tengo miedo a lesionarme si hago ejercicio»,

«Mi cuerpo me está diciendo que tengo algo serio»,

«No es seguro para una persona con mi enfermedad hacer actividades físicas»,

«Nadie debería hacer actividades físicas cuando tiene dolor».

Para cada una de las ideas presentadas, el paciente tiene que responder si está en acuerdo o desacuerdo, utilizando la escala de 1 a 4.

Actividades para mejorar la Kinesiofobia

El tratamiento de la kinesiofobia generalmente implica abordar tanto los aspectos físicos como los psicológicos. Puede incluir terapia física, asesoramiento psicológico, educación sobre la importancia de la actividad física y la gradual reintroducción de movimientos y ejercicios bajo la supervisión adecuada.

Aquí hay algunas estrategias que se pueden utilizar en el tratamiento de la kinesiofobia:

  1. Educación y Comprensión: El primer paso es brindar información precisa y educación sobre la relación entre el movimiento, el ejercicio y la salud. Ayudar a la persona a comprender que el movimiento adecuado y el ejercicio pueden ser beneficiosos para su bienestar general y que no necesariamente causarán daño.
  2. Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La terapia cognitivo-conductual es eficaz para abordar las creencias negativas y los temores irracionales asociados con la kinesiofobia. Un terapeuta puede ayudar a la persona a identificar pensamientos negativos y a reemplazarlos por pensamientos más realistas y saludables.
  3. Terapia de Exposición Gradual: La exposición gradual implica exponer a la persona a situaciones de movimiento o ejercicio de manera gradual y controlada, lo que ayuda a desensibilizar su respuesta de miedo. Esto puede realizarse con la guía de un terapeuta.
  4. Rehabilitación Física: Un fisioterapeuta o terapeuta ocupacional puede ayudar a la persona a desarrollar un programa de ejercicios específicos que se adapte a sus necesidades y nivel de condición física. Esto puede ayudar a fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad y reducir el riesgo de lesiones.
  5. Apoyo Psicológico: Un terapeuta o consejero puede proporcionar apoyo emocional y ayudar a la persona a abordar cualquier trauma o experiencia negativa pasada que pueda estar contribuyendo a la kinesiofobia.

Tres factores fundamentales:

  1. Establecimiento de Metas Realistas: Ayudar a la persona a establecer metas realistas y alcanzables en relación con el movimiento y el ejercicio. Esto puede ayudar a aumentar la confianza y la motivación.
  2. Mindfulness y Técnicas de Relajación: La práctica de mindfulness y técnicas de relajación puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés asociados con el movimiento y el ejercicio.
  3. Técnicas de realidad virtual: Los entornos virtuales son de gran utilidad para el tratamiento de la Kinesiofobia, ya que a través de la actividad gamificada conseguimos enfocar la atención del paciente y reducir la presencia del miedo al movimiento.

Kinesiofobia actividades de realidad virtual

kinesiofobia actividades tratamiento con realidad virtual

El uso de la realidad virtual (RV) en el tratamiento de la kinesiofobia puede ser una estrategia efectiva para abordar este problema. Aquí hay algunas formas en las que la realidad virtual puede ayudar en el tratamiento de la kinesiofobia:

Beneficios de la RV para la Kinesiofobia

  1. Entornos controlados y seguros: La RV permite crear entornos virtuales donde los pacientes pueden participar en actividades y movimientos específicos de manera controlada y segura. Esto puede ayudar a reducir el miedo al movimiento al proporcionar una experiencia que se siente menos amenazante y que permite al paciente enfrentar gradualmente sus preocupaciones.
  2. Experiencias graduales: La realidad virtual puede facilitar una exposición gradual a los movimientos y actividades temidos. Los terapeutas pueden diseñar programas de RV que comienzan con niveles de dificultad bajos y aumentan gradualmente a medida que el paciente gana confianza. Esto puede ayudar a desensibilizar gradualmente el miedo al movimiento.
  3. Feedback en tiempo real: Las aplicaciones de RV pueden proporcionar retroalimentación visual y auditiva en tiempo real sobre el rendimiento del paciente. Esto puede ayudar a corregir la percepción distorsionada del movimiento y brindar información objetiva sobre la seguridad de ciertas actividades.
  4. Motivación y compromiso: Los entornos de RV pueden ser altamente motivadores y atractivos. La gamificación y los elementos interactivos pueden hacer que la terapia sea más entretenida y alentar a los pacientes a participar en ejercicios que normalmente evitarían.
  5. Desarrollo de la confianza: Al permitir que los pacientes practiquen movimientos y actividades en un entorno virtual antes de intentarlos en la vida real, la RV puede ayudar a desarrollar la confianza en sus habilidades y capacidades físicas.
  6. Personalización: Las aplicaciones de RV pueden adaptarse a las necesidades y objetivos individuales de los pacientes. Los terapeutas pueden ajustar la dificultad, la intensidad y los tipos de ejercicios según las limitaciones y las metas del paciente.

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