Conoce las Terapias Digitales
Las terapias digitales, también conocidas como DTx, son intervenciones basadas en software que utilizan la tecnología para tratar, gestionar o prevenir enfermedades.
A diferencia de las aplicaciones de bienestar general, las terapias digitales se basan en pruebas. Suelen estar reguladas y están diseñadas para ofrecer resultados clínicos específicos. Pueden utilizarse como tratamientos independientes o en combinación con otras terapias, como la medicación o la fisioterapia.
Características claves de las DTx
Basadas en pruebas: Se desarrollan y validan mediante rigurosos ensayos clínicos para demostrar su eficacia, de forma similar a como se prueban los medicamentos o los dispositivos médicos.
Reguladas: En muchos casos, las terapias digitales están reguladas por autoridades sanitarias como la FDA en Estados Unidos o la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en Europa. Deben cumplir normas estrictas de seguridad, eficacia y calidad.
Personalizadas: Estas terapias suelen utilizar datos de los usuarios para adaptar las intervenciones a las necesidades individuales. Ofrecen un enfoque de tratamiento personalizado.
Basadas en la tecnología: Aprovechan tecnologías como aplicaciones móviles, dispositivos, sensores y realidad virtual (RV) para ofrecer intervenciones terapéuticas. Pueden utilizarse en teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores o mediante hardware especializado.
¿En qué casos se aplican las Terapias Digitales?
Es un sector que está en continuo crecimiento y evolución, por tanto las posibilidades son infinitas. Aquí puedes ver algunos ejemplos de tratamientos con terapias digitales.
Gestión de enfermedades crónicas: Para afecciones como por ejemplo la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades respiratorias. Las terapias digitales pueden ayudar a controlar y gestionar los síntomas, realizar un seguimiento de la adherencia a la medicación y promover cambios en el estilo de vida.
Salud mental: Las terapias digitales se utilizan cada vez más para tratar enfermedades como la depresión, la ansiedad, las fobias y los trastornos por consumo de sustancias. Algunos ejemplos son la terapia cognitivo-conductual (TCC) administrada a través de una aplicación.
Trastornos neurológicos: Pueden ayudar a tratar afecciones como el TDAH, el insomnio o incluso la enfermedad de Alzheimer en fase inicial ofreciendo entrenamiento cognitivo, intervenciones conductuales y otros ejercicios terapéuticos.
Rehabilitación física: Algunas terapias digitales ayudan a recuperarse de lesiones físicas o intervenciones quirúrgicas guiando a los usuarios a través de ejercicios y realizando un seguimiento de los progresos.
Cambio de conducta: Estas terapias suelen centrarse en promover comportamientos saludables, como dejar de fumar, controlar el peso o mejorar los patrones de sueño.
¿Qué aportan respecto a la rehabilitación tradicional?
Las terapias digitales ofrecen varias ventajas sobre los métodos de rehabilitación convencionales, ya que aprovechan la tecnología para mejorar los resultados de los pacientes, la accesibilidad y la experiencia en general. He aquí un desglose de las principales ventajas:
- Personalización y Feedback en tiempo real: Estas terapias pueden ajustarse en tiempo real, ofreciendo información instantánea y adaptando la dificultad o el tipo de ejercicio en función del progreso del usuario.
- Accesibilidad y comodidad: Se puede acceder a ellas en cualquier momento y lugar, lo que reduce la necesidad de visitas frecuentes a una clínica física.
- Compromiso y motivación: A menudo incorporan elementos de gamificación, seguimiento del progreso y recordatorios, que pueden aumentar el compromiso del paciente y la adherencia a la terapia.
- Información basada en datos: Recopilan y analizan datos de cada sesión, proporcionando información detallada sobre el progreso del paciente, la adherencia y la respuesta a la terapia.
- Escalabilidad: Pueden escalarse fácilmente para llegar a grandes poblaciones sin necesidad de infraestructura física adicional.
- Rentabilidad: A menudo reducen el coste global de la atención al disminuir la necesidad de visitas en persona, reducir los reingresos hospitalarios y proporcionar una atención preventiva que puede evitar complicaciones.
- Coherencia y normalización: Proporcionan intervenciones consistentes, asegurando que cada paciente reciba el mismo nivel de atención de acuerdo con protocolos establecidos, lo que puede reducir la variabilidad en los resultados.
- Integración en la vida diaria: Pueden integrarse en la rutina diaria del paciente, proporcionándole apoyo y terapia continuos de forma que se adapten a su estilo de vida. Esta integración ayuda a crear hábitos saludables a largo plazo.
- Empoderamiento y autogestión: Con herramientas para supervisar su progreso, establecer objetivos y realizar ajustes, los pacientes pueden asumir un papel más activo en su recuperación.
- Seguimiento e intervención a distancia: Permiten a los profesionales sanitarios supervisar a distancia la evolución del paciente e intervenir si es necesario, sin necesidad de que el paciente esté físicamente presente.
No sustituyen la rehabilitación convencional, la complementan
Las terapias digitales complementan y, en algunos casos, pueden mejorar o sustituir a la rehabilitación convencional al ofrecer una mayor personalización, comodidad y compromiso.
Sin embargo, el enfoque más eficaz suele consistir en una combinación de métodos digitales y tradicionales, adaptados a las necesidades individuales del paciente.