Déficit del rango articular de codo, causas:
La limitación articular del codo puede ser causada por una variedad de factores, que incluyen lesiones, enfermedades, trastornos articulares o neurológicos.
Fracturas, luxaciones, esguinces y otras lesiones traumáticas agudas pueden causar daño a los huesos, ligamentos, tendones y tejidos blandos alrededor del codo, lo que puede llevar a la limitación del rango de movimiento.
Después de una lesión o período de inmovilización, los músculos y estructuras blandas que rodean el codo pueden volverse rígidos y acortados, lo que resulta en una limitación del movimiento articular.
La degeneración del cartílago articular, por procesos degenerativos como artrosis o artritis, pueden causar dolor y limitación del movimiento en diferentes articulaciones.
La bursitis (inflamación de las bursas, que son pequeñas bolsas llenas de líquido que amortiguan las articulaciones) y las lesiones nerviosas también pueden ser otras posibles causas de la afectación del rango articular del codo.
Ideas de ejercicios para recuperar el rango articular del codo
Los tratamientos para aumentar la movilidad de una articulación, generalmente incluyen actividades de fortalecimiento de la musculatura periférica y la recuperación de la flexibilidad de los tejidos acortados.
No debemos olvidar que el dolor es un mecanismo de protección que nos invita a la inmovilidad, para restaurar la lesión. Sin embargo, cumplido el periodo de inmovilización prescrito por el médico especialista, es importante comenzar cuanto antes con ejercicios suaves que ayuden a recuperar la flexibilidad y el rango de movimiento del codo.
Ejercicios de movilización suaves:
La flexo extensión del codo y los movimientos de pronación supinación pueden ir ejercitándose progresivamente:
- Sin carga, con ayuda del fisioterapeuta o en el agua, para trabajar sin gravedad.
- Movilizaciones pasivas de flexo – extensión y prono – supinación, para progresivamente aumentar el rango articular con la ayuda del terapeuta.
- Ejercicios libres o autoasistidos por el propio paciente con la otra mano, controlando su propio límite doloroso.
Ejercicios de potenciación para el rango articular de codo:
Fortalecer la musculatura del brazo y antebrazo ayudará a restaurar la movilidad y proteger la articulación de futuras lesiones.
Ejercicios con carga distal, progresiva en función de la condición física previa del paciente. Podemos utilizar diferentes pesas, muñequeras lastradas, elásticos, o el propio peso del cuerpo para ir potenciando la musculatura.
No sólo es importante una potenciación de los principales músculos como bíceps o tríceps, debemos fortalecer toda la musculatura del miembro superior afectado. El hombro, la muñeca o la movilidad de la mano puede verse afectada, aunque la lesión primaria se haya localizado en el codo.
Actividades funcionales:
El fin último del proceso de rehabilitación es la restauración de la funcionalidad del miembro superior en las actividades diarias (autonomía personal, actividades laborales, deportivas, ocio…).
Las propias actividades de la vida diaria son parte del tratamiento, siempre y cuando el paciente sea consciente de involucrar en la tarea el miembro superior afectado. Incluso podemos ir un paso más allá y priorizar la participación de ese brazo, aunque no sea su lado dominante.
Los ejercicios de realidad virtual, utilizan entornos simulados para estimular la movilidad gracias a la gamificación. Además, por otra parte, el uso de un programa específico para la rehabilitación física como Rehametrics, te va a facilitar el seguimiento del paciente ya que realiza mediciones e informes automáticos.
Control del dolor:
La limitación de la movilidad articular del codo puede interferir en la vida diaria, pero desde luego el dolor puede llegar a ser muy incapacitante.
La aplicación de crioterapia (frío local), los vendajes funcionales, la electroterapia (ultrasonidos, ondas de choque…) y otras técnicas de fisioterapia son utilizadas frecuentemente para el control del dolor.
Las tareas de realidad virtual inmersiva nos permiten tratar la kinesiofobia, el miedo al movimiento. El paciente queda inmerso en el ejercicio y es capaz de sobrepasar sus limitaciones articulares al olvidarse del dolor.