Memoria a corto plazo

Tal como hicimos en entradas anteriores, seguimos describiendo las principales funciones cognitivas. Esta vez es el turno de la memoria a corto plazo. Como veremos en los próximos párrafos, la memoria a corto plazo es indispensable en nuestra vida diaria. Sin ella, muchas de las actividades que normalmente hacemos serían imposibles. Muchas de las actividades que realizamos todos los días necesitan que retengamos cierta información y que ésta esté “disponible” para hacer el procesado de información posible.
Además, nuestra vida sería muy diferente si nuestra memoria a corto plazo se ve afectada por el simple hecho de que no podríamos recordar muchas de las cosas que nos han sucedido. Esto se debe a que existe un vínculo muy fuerte entre la memoria a corto plazo y la generación de memorias de mayor duración. Pero, para comprender mejor cuáles son las consecuencias de una afectación a la memoria a corto plazo y cómo se puede mejorar, lo primero que habría que hacer es entender qué es la memoria a corto plazo. Así que, a continuación, en el próximo párrafo empezaremos a explicar en qué consiste este tipo de memoria tan importante.
¿Qué es la memoria a corto plazo?
En general, cuando hablamos de la memoria a corto plazo nos referimos a todo el sistema cognitivo necesario para procesar los estímulos recogidos por nuestros sentidos por tiempos cortos. Se suele considerar que la memoria a corto plazo permite retener información por periodos de tiempo cortos, que irían entre los siete y los cuarenta segundos. Por ejemplo, nuestra memoria a corto plazo nos permite recordar el tema de una conversación en la que estamos participando. Este tipo de memoria requiere, por supuesto, que otros procesos cognitivos como la atención, que nos permiten seleccionar una parte de los estímulos que recogemos a través de nuestros sentidos.
Por otra parte, también se considera que la cantidad de información que puede retenerse en este tipo de memoria es limitada. Normalmente se considera que se puede almacenar hasta siete elementos, pero la cantidad exacta va a depender de cada persona. En algunos casos, hay personas que pueden ser capaces de retener hasta nueve elementos mientras otras solo pueden almacenar cinco. En general, se cree que la mayoría de la gente puede almacenar hasta siete elementos con una variación de dos hacia arriba o hacia abajo.
La pérdida de memoria a corto plazo
En un párrafo anterior comentábamos que una afectación a la memoria a corto plazo, o una pérdida de memoria a corto plazo, puede tener efectos devastadores en la capacidad de retener y almacenar información de una persona. Normalmente, la memoria a corto plazo también puede descartar información recibida que no considere relevante. O, en caso contrario, si existe una asociación emocional fuerte o si el estímulo es persistente, es posible que esa información (o memoria) pase a formar parte de nuestros recuerdos o de una memoria de mayor duración.
De hecho, como estos dos tipos de memoria (memoria de corta y larga duración) están directamente asociadas al proceso de aprendizaje, ambas son muy importantes para nosotros. Es muy conocido el caso de un paciente famoso que, al perder la capacidad de almacenar información, no podía aprender nada nuevo. Este es uno de los efectos directos de no poder retener la información recibida del mundo exterior. Además, de las personas con lesiones neurológicas que pueden tener afectada la memoria a corto plazo, también hay personas con Alzhéimer o con dislexia que pueden presentar una afectación en este tipo de memoria.
Como mejorar la memoria a corto plazo
Existen varias formas de mejorar la memoria a corto plazo. Aunque, esta recuperación dependerá de dos factores. El primero es el estado previo de la memoria a corto plazo y, el segundo, su nivel de deterioro en el momento que se empieza el tratamiento para mejorarla. Si el estado previo a la pérdida era bajo, no se puede esperar que el tratamiento recupere la memoria más allá de ese punto. Lo mismo sucede si se inicia el tratamiento cuando ya existe una pérdida importante.
En ambos casos, es importante trabajar con los distintos sistemas encargados de retener los distintos tipos de información que nos encontramos cada día. Por un lado, tenemos el sistema operativo. Este sistema es el encargado de regular la memoria a corto plazo. También está el bucle fonológico. Este sistema retiene información verbal. Por ejemplo, es el responsable de esa “voz interna” con la que repetimos algo cuando queremos memorizarlo. Después tenemos la agenda visoespacial que está encargada de la información visual y espacial. Y, por último, el almacén episódico. Este sistema es el responsable de retener múltiples datos y nos permite tener un recuerdo global que junte la información proveniente de los otros sistemas.
Ejercicios para mejorar la memoria

La estimulación cognitiva utiliza ejercicios diseñados específicamente para mejorar la memoria. Aunque se suele recomendar de dos a tres sesiones por semana, la frecuencia idónea de sesiones dependerá de las necesidades del paciente. Entre los más de 140 ejercicios cognitivos disponibles en la actualidad, Rehametrics tiene treinta ejercicios para estimular los distintos tipos de memoria. Muchos de esos ejercicios fueron diseñados para trabajar los sistemas encargados del funcionamiento de la memoria a corto plazo: el sistema operativo, el bucle fonológico, la agenda visoespacial y el almacén episódico. A continuación, describiremos algunos de esos ejercicios:
Memoria a Corto Plazo: aparecerán una serie de elementos que pueden ser imágenes o palabras escritas u oídas. Después, volverán a aparecer los mismos elementos, pero está vez faltará uno de ellos. El paciente deberá escribir la palabra que indica cuál de los elementos es el que falta.
Memoria de Trabajo: el paciente deberá identificar los elementos (que pueden ser imágenes o palabras escritas u oídas) que aparecieron al inicio de la tarea.
Memoria Espacial: aparece una matriz con distintas posiciones. En ellas puede aparecer un color, una imagen o una palabra. El paciente deberá recordar los elementos y sus ubicaciones para luego reconstruir dicha matriz.